viernes, 2 de julio de 2010

2º Proyecto Escultura III

Quizá haya abierto una puerta a la locura, veo palabras y leo formas, la poética del espacio ha bloqueado mi sentido común.

En los textos ya no hay recuerdos, sino ilustraciones que se presentan como aparentes estatuas de cera, totalmente palpables en mi imaginario. Son escenas en vivo en un presente erróneo, tanto que escaman mi razón: escucho palabras andar tras de mi.

El hilo de la cordura es ambiguo, y cada vez doy más vueltas sobre un nido de recuerdos, recuerdos que se convirtieron en palabras para más tarde inaugurar el museo de mi memoria: un espacio vacío lleno de formas de palabras desarrugadas que divagan sonámbulas por el infinito.

Quizá haya abierto una puerta a la locura pero, las ventanas que me rodean me dejarán fluir en una corriente de aire manteniendo el equilibrio.




La idea clara de la obra es la concepción entre lo que soy Yo y quienes son los Otros. Es una fusión entre la suposición de un punto de vista del Yo de esas personas y el mío sobre el fruto de nuestra relación, es decir, obtener un resultado entre mi Yo y ese otro Yo de cada una de las relaciones, lo que se quedaron de mí, la forma de la huella que dejé en ellos y lo que yo pueda interpretar.

La carga emocional hablará por sí misma en cada una de las relaciones como también se hará notar la presencia del tiempo debido a los tantos recuerdos más o menos recientes, que es de lo que más se vale esta instalación y, por lo tanto, también se le puede atribuir una pizca de olvido.

Por otra parte, la obra cuenta con una segunda propuesta con la que el espectador tendrá que interactuar. Esta forma de relacionarse con dicha obra mantendrá un punto de vista individual, es decir, cada uno de los espectadores deberá aportar su propio punto de vista personal sobre mí, con la intención de que, al finalizar, la obra quede impregnada de todos los puntos de vista posibles y así conseguir la verdadera realidad, como defiende Ortega y Gasset con su perspectivismo al hablar de la complementariedad de las perspectivas, y así pues, la verdad será, el resultado progresivo de la unificación de las perspectivas.

De alguna forma guardan relación entre sí ambas propuestas ya que comprendo que la adjetivación de las sensaciones que se transmiten en la primera propuesta se me atribuye tanto como los posibles puntos de vista, y esto me hace poseedora de ello.

Ventanas                      


Este libro contaría la historia que hubiésemos construido entre las dos si nuestros caminos no se hubieran separado; es el libro de nuestras historia pero, se quedó en blanco al no poder componer un final, y así, ésas páginas que ya estaban escritas, las que construimos con varios años de amor y cariño fueron arrancadas al concluir esta relación, dando paso al olvido y, quizá, también al odio.



Él mantuvo conmigo una confidencialidad que no compartió con casi nadie, esta confianza que depositó en mi me hizo sentirme importante para él, y me hizo ver que posiblemente estuviera siendo la llave de ese candado cerrado y que abrí para liberarlo sin darme a penas cuenta, porque a veces, compartir tus problemas puede servir de mucho, aunque solo sea para sosegar un poco el alma.


Ella fue una de las dos o tres primeras personas en leer lo que yo ya empezaba a balbucear entre papeles; pero el motivo de estar envuelto es que, ésta chica, en un momento determinado me dio la espalda sin razón aparente. De esta forma muestro de qué modo pude abrirme a nuestra amistad, suspendiendo el poema de un hilo, y a la vez el rechazo que sufrí sin explicaciones doblando el poema sin poder leerse.



La exposición de esta pulsera es de una rotura en la amistad, por eso la expongo de este modo (con un hilo cortado, como motivo de no haber podido tejerse por completo nuestra amistad), como una forma de denotar esa fisura en la relación; además he decidido que la mejor manera de representar nuestra relación sea con esta pulsera de la amistad, ya que conlleva una carga simbólica tan fuerte como lo fue nuestra amistad, podría decirse que gastamos toda una amistad en un tiempo de tres meses, por eso fue tan intensa. La pulsera tiene un tamaño superior al de una pulsera corriente, debido a esa intensidad y el interés por reproducir esta amistad a gran escala, señalando lo importante que fue para mí.



Estas personas simbolizan la figura de aquellas personas en las que me baso para elaborar las ventanas, ellos son la sombra de lo que un día fue, por esto y por el innegable recuerdo que se alberga en la obra se les ha pintado el rostro de negro, para que no pueda defirnirse ningún rasgo facial ya que, en los recuerdos, ninguna imagen llegaría a ser lo suficientemente nitida y mucho menos cuando hay un largo tiempo de por medio sin ver a dicha persona, y esto es lo que reflejan estas cuatro estructuras humanas, la esencia de cada persona que, en su día quiso compartir sus cortinas conmigo.


Modelo

                           


La idea consiste en aparentarme “transparente”, virgen en cuanto a carácter y personalidad se refiere, para poder construirme con una realidad Verdadera en base a lo que los demás creen o ven en mí, apoyándome en la teoría de Ortega: "La verdad, lo real, el universo, la vida—como queráis llamarlo—, se quiebra en facetas innumerables, en vertientes sin cuento, cada una de las cuales da hacia un individuo. Si éste ha sabido ser fiel a su punto de vista, si ha resistido a la eterna seducción de cambiar su retina por otra imaginaria, lo que ve será un aspecto real del mundo" (Ortega y Gasset, 1916) El Espectador, tomo I, 1916]

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